viernes, 28 de agosto de 2009

ÚLTIM POTTER (la maldad revelada)

Y bueno, sé que me he tardado lo mío, pero al menos acabé... Y espero terminar con todos los pendientes antes del regreso del jefe... Por cierto, si alguien quiere y puede enviar más colaboraciones, se recibirán cualquier día a cualquier hora... Esperemos que sea lo más pronto posible... Ahora sí, con ustedes el capítulo...

ÚLTIMO!!!
(Antes de continuar leyendo, recuérdese leer el penúltimo capítulo)
Londres, un oficina que no existe en una dirección inexistente. R*sm*r**, la Ministra de Mente Limpia y Descontextualización, se pasea enojada alrededor de su escritorio...

-Maldito seas JC –grita para sí, a dos cuadras los perros empiezan a ladrar, a media ciudad la cristalería estalla en los anaqueles, en Liverpool los bebes despiertan intranquilos en sus cunas-. MALDITO SEAS JC.
En una esquina del despacho, semioculta tras una silla, una figura pequeña vestida de rojo y verde, teme por su vida.

En algún lugar del orbe los alumnos y profesores del Howard the Duck College han logrado sobrevivir al PRIME!!! enfrentamiento sin sufrir heridas ni bajas, parecería que los descontextualizadores están más preocupados por mantenerles a raya que en vencerles... Pero eso, seguramente, es sólo una impresión momentánea.
Al centro de la batalla, rodeado de la elite de su ejército, Jonzzdelmore observa a sus contrincantes, buscando marcas específicas entre ellos, las llaves de su victoria... Un poco hacia la izquierda, hacia el fondo, distingue un grupo muy unido; sonríe.

-Oook –anuncia el gorila verde.
-Al parecer lo ha encontrado –comenta Gouel a la Nane.
-¿De verdad? –pregunta ella-, a ver; léelo.
-Oook, ugu, ok ok ok...
-Sí, sabía que era una pésima idea desde el momento mismo que lo dije... Goule, léelo tu.
-Bien... ejem, ejem... Mi, mi, mi... Do, re, mi, fa, sol, la, si... Ya está:
Siete llaves tiene el reino, una de ellas se encuentra oculta en el corasón de aquel que todos llaman traidor. La segunda se haya en la boca de quien dice ser aliada. De las restantes, cuatro habitan en la mente y cuerpos de cuatro jóvenes, La última, sin la cual las otras seis son inútiles, le fue arrebatada con mentiras al elegido.
Siete llaves tiene el reino, de reunirlas, el presunto traidor y la autoproclamada aliada revelarán sus verdaderos rostros...
-Continua Gouel.
-mmm... Herm... b... b... b... b... b...
-Gouel, el libro está en tus manos, no en mi escote.
-Oook.

La batalla, si bien sin víctimas, ya afecta el paisaje; salvo una pequeña alfombra de tréboles rojizos entre dos elevaciones del pálido terreno y a la orilla de un gruta, ninguna vegetación sobrevive. Frente a ella, tratando de mantenerse alejados del enfrentamiento, tal cual se los ordenara Johnbledore, los cinco amigos intentan averiguar qué bando va ganando...
-B52.
-Maldición, me disté.
-Con ésta ya vamos 5 a 4 favor las mujeres –se ríe Irredenta.
-Y cómo no va a ser así si están jugando cinco contra dos... Digo, el Samurai cuando es hombre o quimera trata de ligárselas y cuando es Elsa Murai juega en nuestra contra... Además, tal vez nos iría mejor si mario lograra recordar que jugamos Batalla Naval y no Damas Chinas.
-Nada que –interrumpe Kiryë-, esos son pretex...
-¡alfil negro cuarta línea de rey!
-¿Ves?
Algunas ventajas tienen quien juega pudiendo cambiar de forma... Lenta y completamente inadvertidos, un gato y un ornitorrinco se acercan al grupo...

No muy lejos, en otra parte del campo de batalla, Kaligula descubre a Calpurniahan charlando en secreto con Ernesto... En medio del estruendo le es imposible escuchar, pero los gestos son amistosos y las sonrisas que mutuamente se dedican, lucen sinceras...
-Vayámonos de aquí –dice Diestra en lenguaje de señas.
-Por una vez estoy de acuerdo con mi hermana –Completa a señas Siniestra-, vayámonos antes de que nos descubran.
Lentamente, tan inadvertido como se puede en medio de una batalla campal (y eso es MUY inadvertido), Kaligula se aleja con sus amantes, amigas, cnquista y extremidades superiores...
-Mírala que bonita que se ha puesto –Calpúrniahan presume las fotos de su hija a Ernesto.

-Si entiendo bien (y todo parece indicar que soy la única persona de este grupo capaz de hacerlo con algún grado de coherencia), la profecía nos está indicando que hemos actuado precipitadamente y en el bando incorrecto.
-Ad... mmm... Da... mmmm.
-Gouel deja de babear o, por lo menos, deja de hacerlo tan cerca de mis pechos.
-Oook?
-No, Sr. Gorila, no creo que tratara de hablar contigo... Y no, no vas a encontrar bananas dentro de mi escote.
-Ooook.
-Bien, no me dejan otra opción, tendré que quitarles las distracciones...
No hay periodo de transición, no un proceso de metamorfosis; de pronto donde estaba la Nane vestida de Power Girl aparece She Hulk con el uniforme desgarrado y el escote circular considerablemente más grande (vamos, siguiendo la tradición de las superheroínas de cualquier compañía, del uniforme sobrevive apenas la suficiente tela para fomentar el síndrome de pezón huidizo)
-Bien, creo que ésta tampoco fue buena idea –dice en voz alta la mujer verde mientras se observa el torso, abdomen, caderas e ingle prácticamente al descubierto.

-Miren –dice Kiryë a sus compañero- que pareja tan extraña.
-Ciertamente –la secunda Irredenta-, un ornitorrinco no es la compañía que una esperaría de un gato amarillo, atigrado y prácticamente callejero.
-¿un ornitorrinco, dices? – se interesa mario-, eso me recuerda algo... pero ¿qué?
-¿Un ornitorrinco? –dice Últim Potter mientras se incorpora apresuradamente-... ¡¡¡MALDICIÓN, CORRAN TODOS!!!
Como un solo individuo, los cinco amigos se apresuran lejos de la extraña pareja animal, pero no todos son los suficientemente rápidos. Retrazándoce intencionalmente para facilitar la huida de sus amigos, Potter queda demasiado expuesto a la zoológica mirada y observa asombrado como el ornitorrinco se transforma mágicamente en Jc Dt.
El profesor lanza un certero rayo que da en el costado izquierdo del pecho del joven mago, dejando al descubierto la cicatriz en forma de ave flamígera... No tanto una cicatriz como sí un hueco, como se alguien hubiera arrancado con malicia y mentiras la pieza clave que daría sentido al rompecabezas.
Lo último que ve Últim Potter antes de perder el conocimiento es la fotografía alejarse arrastrada por el viento de su bolsillo destrozado...
Lejos, muy lejos, en otra historia, ella lo recuerda por un momento y, sólo porque el universo tiene esas y otras coincidencias, sonríe pensando él. Y tal vez, sólo tal vez, es un gesto de ella lo se necesitaba para cambiar el mundo.

Su salida de la biblioteca no es, ni remotamente, tan discreta como su entrada al edificio... No es que importe demasiado, pocas criaturas hay en éste o el mundo mágico que se atreverían a poner resistencia a una mujer esmeralda de más de dos metros que carga sola a un mago babeante, un gorila verde desconcertado y el grimorio de las profecías más secretas.
-Si ya lo decía mi madre –refunfuña la Nane para sí misma-; cuando quieras algo bien hecho, déjalo en manos de una mujer...
-V... A... M... R... (pero que bonitas cosas hace dios para sus hijos)... R... A... M... D... P
-Ooook?
La Nane ignora halagos y comentarios soeces... Toma su carga con una sola mano y marca un número en su teléfono móvil...
-¿Jefe?... Soy yo... ¿Nos puede trasportar? Hay algo que juro que quiere saber...

Cómo darte cuenta de paso del tiempo estando inconciente... Últim Potter tienen hoy un mejor despertar que el anterior; en vez de la versión masculina de El Samurai observa a todos los magos, alumnos y profersores rodeándolo, en primer plano Jonzzdelmore le contempla y ofrece la mano... Directamente atrás de él, Johndelmore sonríe como aprobando.
-Levántate y anda, niño, tenemos que buscar las llaves.

R*sm*r** se desespera por enésima vez en la última hora...
-¿Qué demonios ha pasado? ¿Por qué no se han comunicado tus presuntos espías, Blanco Humano?
-No sabría decirle, jefa, se supone que están bajo influjo del fluido jokerizador... Sólo dejarían de cumplir su misión en caso de que estuvieran muertos (o un mago muy poderoso los hubiera curado, pero eso mejor no te lo digo, que tienes el genio muy disparejo).
-¿Qué dijiste?
-¿Yo? No, nada... Que seguramente es cosa de magia... Sí, eso.
-Eso es lo que me disgusta de la magia y de las mente demasiado libre; s{olo traen anarquía a los planes mejor elaborados... Por eso conseguiré las llaves del reino, para traer orden y no permitir nunca más que los locos se encuentren entre ellos sin orden ni control... Sí, ese será un mundo perfecto...
Un estruendo increíble interrumpe el monólogo al que todo villano tienen derecho... Desde el hueco que fue la pared de la Oficina de la Ministra para la Mente Limpia y la Descontextualización, Jc Dt,Últim Potter y los alumnos y Prefesores del Howard Duck College, la observan...
-Creo, amiga –se adelanta Johnbledore-, que el mundo tiene otros planes para su futuro...

La batalla fue ganada, la guerra fue ganada y, por lo menos en el mundo mágico, el encuentro de los locos empezó a construirse un futuro distinto, uno en el que las mentiras del imitador, la violencia del ridículo usurpador ni el silencio que el aprendiz de dictador impone tuvieron ya poder.
Un final feliz, sí... Pero no para todos...

Epílogo
Han pasado meses desde la victoria. Hoy los amigos esperan a Últim Potter en su cuarto... La habitación está vacía y la cama no ha sido usada en mucho tempo (eso, para el joven mago, es casi normal)... Sobre el monitor apagado de la computadora de escritorio, una nota manuscrita con manos no habituadas a este ejercicio...
“Ya que vuelves a acercarte una vez, y preguntas qué es lo que acontece entre nosotros, tal como acostumbrabas verme en otro tiempo, me vez aún en medio de los tuyos.”
Mefistófeles
Goethe; Fausto, prólogo en el cielo
Fuimos todo y fuimos nada. Fuimos todo lo que nuestros presentes límites nos permitieron; fuimos la nada a la que no cruzarlos nos condenó. Por el todo que fuimos y el todo que nuca fuimos, mis palabras, las obvias; la despedida.
No se engañe nadie, no, pensando que estos párrafos hablan de nostalgia anticipada, de la memoria que se evoca como quien dice hasta nunca. Tanto más, es ésta una despedida de carnaval, una leve reverencia y una sonrisa sardónica, como quien se quita el tricornio adornado de cascabeles y se despide diciendo hasta pronto.
Nos seguiremos encontrando, de ello no haya duda; nos seguiremos encontrando, sea que lo queramos o no, sea que nos reconozcamos o no. Nos seguiremos encontrando en estos pequeños caminos... Construyendo imposibles unos, los necios, condenados al posible, los más. Nos seguiremos encontrando.
Por eso, no está en estas líneas la nostalgia. Sólo despedida... Despedida, sí, pero sobre todo; agradecimiento.


Decir que hace tiempo empezó el camino que hoy termina es, cuando menos, un imperdonable uso del lugar común y, no se dude, profundamente inexacto. Hace tiempo nuestros caminos convergieron y, en este lapso, se han separado y vuelto a encontrar en innumerables ocasiones. El camino no comienza, no termina; el camino no lleva a ningún lado, salvo a aquel al que nuestros píes nos conducen.... Aquel al que nuestras elecciones nos llevan.
Hace tiempo, y aquí empieza la autobiografía, me encontré en la disyuntiva de seguir el camino elegido o emprender nuevas aventuras, acompañado de quien fue inesperada y maravillosa, de quien no compartía mi biografía ni mi tiempo. Se crea o no, no me arrepiento de la elección hecha.
En este tiempo encontré entre los distintos a mi igual, como quien dice; diferente. De su nombres apropié mis pretextos y en su compañía construí rutinas y variedades. A su lado emprendí el mundo, como quien dice, seguir cambiándolo, seguir cambiándonos.

Las sonrisas varían, algunas se fueron y otra, los más querida, a pesar de todo, permanece. Hubo y hay sombras, mera escenografía y, a pesar de las mentiras que se actúan; compañía. Me construí en la simpatía o el punto opuesto, pero nunca, no se dude, en la rivalidad.
Con nadie competí, porque la vida (dijo alguien más) es búsqueda y no carrera. No fui tolerante, eso es cierto, con quien consideré equivocado o demasiado soberbio. Pero, al menos eso espero, toleré a quien me consideró equivocado o demasiado soberbio.
Cometí errores, no lo dudo, pero no son estas líneas mi disculpa, sólo su reconocimiento. Ofendí a quien no quería y fije blanco sobre quien lo merecía. Ofrecí mi confianza a personas equivocadas y les di con ello las armas para su traición, para su usurpación.

Cometí errores y me equivoqué con profusión. Por ello perdí compañías invalorables, la de quien siempre fue ausencia y la de con quien compartí meses de mi vida.

De nada de ello me arrepiento, porque solo los muertos no se equivocan. Lamento las perdidas, pero no me arrepiento de las elecciones hechas. De mis aciertos, de mis errores y de las traiciones aprendí a cambiarme al mundo, que es decir; a serme fiel.
A todos, a la ausencia, a las compañías (permanente o efímeras), a los extraños; a todos, gracias. De todos aprendí, y a todos aprehendí. Hasta aquí la autobiografía.


Compartimos caminos y de las experiencias mutuas nos construimos. Nadie sale igual que entró. Nadie sale sin heridas, pero, sobre todo, nadie sale sin flores en la memoria.
Lo dijo alguien más; aprendí aquí que sentir con la tripa sirve más si es pensando, que dos más dos no son cuatro, que el asalto al cielo es como tallar madera y que el que sueña despierto, tiene los pies en la tierra. Lo dijo alguien más; me llevo todas las noches en vela, el olvido del tiempo, el peso de la ausencia, la sal de su mar, el deseo de seguir viviendo; las ganas de luchar.
Nuevos y viejos horizontes se abren y hacia ellos caminamos, caminaremos. Los dijo alguien más; “me acercó dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar”.
Seguiremos caminando y, por ello, nos seguiremos encontrando. Seguiremos caminando y, por ello la despedida, pero no la nostalgia anticipada, no la tristeza de quien se despide diciendo hasta nunca. Tanto más, una despedida de carnaval, una leve reverencia y una sonrisa de gato de Cheshire, como quien se quita el tricornio adornado de cascabeles y de se despide diciendo hasta pronto.

Ilustración, trama y texto de Mario Stalin Rodríguez
Necio Hutopo
Sobre una idea muy (pero que MUY) general de John Mismo

Y ya está. anora me pongo a trabajar en lo del... mmm... cocinero?

2 comentarios:

mario dijo...

PRIME!!! Y le ha quedado de maravilla.

Anónimo dijo...

Pero que MUUUYYYY general. Vaya que sí, porque todo esto es mérito suyo, oiga, que lo mío fueron cuatro pinceladas. Y de este últim-o relato ni le digo. De aquí todo es suyo (je, je, ahí hay bastante de autobiografía, ¿eh?).

"...mejor no te lo digo, que tienes el genio muy disparejo."

Juas, juas, todavía me estoy riendo.

Pd. Y buenísimo lo de la Nane.

John Mismo